La puerta se abrió para mostrar a un Vegeta perplejo, con esa mezcla de sorpresa y molestia constate que parecía caracterizarlo.
Su hija.. Su princesa. La niña de sus ojos, a la que todo consentía.. Con el hijo menor del insecto de Kakarotto. Con ese enclenque que no había tenido suficiente con enredar a su primogénito, sino que ahora también necesitaba a su hija. No.. Eso si que no.. Como se hubiese atrevido a tocarla.. Solo pensarlo hacía que le hirviera la sangre.
Los tres chicos esperaban acobardados por la reacción que pudiera tener el orgulloso príncipe saiyajin. Marron no encontraba la manera de cubrir sus partes pudentas, en ese momento, le preocupaba más el estar desnuda que cómo pudiera actuar Vegeta. No era ese el caso de los dos hermanos.. No tenían miedo de que pudiera hacerles algo, eran sus hijos al fin y al cabo, pero Goten.. Ni las siete esferas del dragón podrían salvarle si a su padre se le cruzaban los cables.
El moreno volvió en si, parpadeó un par de veces y se llevó la mano derecha a la frente... Pareció escucharse como pronunciaba el nombre de Goten con una rabia contenido escalofriante... Acto seguido cerró la puerta de un portazo y se alejó, dejando a los tres adolescentes con una mezcla de miedo y nervios en el cuerpo.
Bra no dudó en actuar, sacó su teléfono móvil y llamó a Goten.. Un tono.. Dos tonos.. Tres tonos .. Y el contestador. Este chico tenía móvil y no sabía para qué, siempre lo tenía apagado.
— ¡Trunks, vistete, tenemos que encontrarlo antes que papá!
— Pero.. Bra, yo estaba..
— ¡Ya habrá tiempo para eso, ahora apurate!
Bra comenzó a lanzarle ropa sin ton ni son, no hacía distinción entre si era de Marron o suya, con que se tapase, y rapido.. Como si tenía que salir en vestido.
Vegeta avanzaba a grandes zancadas por los pasillos de la corporación, estaba furioso, se notaba, cada pisotón resonaba como un mazazo. Cuando lo encontrara.. Sabría cual era el pago por tocar a una princesa siendo un simple palurdo pelopincho.
El encuentro se produjo antes de lo previsto.. Al parecer ese mocoso quería encontrarse a solas con su hija, porque sus pasos lo llevaban directo a esa habitación. Esperó oculto en la esquina del pasillo y dejó que entrara.. Era una habitación grande, con baño propio y vestidor, como era obvio, así que.. En el tiempo que tardó este en recorrer las estancias, Vegeta entró y cerró la puerta... Con pestillo. Cuando el desafortunado Goten salió, confuso por no encontrar a su chica, se le heló la sangre. Fue una visión.. Extraña.
— Ho-hola Vegeta.. ¿No habrá visto a su hijo no? Le he bus..
— ¿Y qué te hace pensar que estará en la habitación de Bra?
Atajó rápidamente, avanzando lenta pero inexorablemente hacia el chico, que palidecía a cada paso que daba el príncipe.
— Se lo tuyo con mi hija, se que estas con ella ¿crees que me chupo el dedo?
Preguntó sin miramientos, acorralando al joven son Goten contra una pared. La sonrisa maléfica de Vegeta hacía estremecer al bueno de Goten, que no podía evitar reír de esa forma tan similar a su padre, rascándose la nuca en un gesto que demostraba nerviosismo e inquietud.
— Y-yo nunca pensaría algo así..
— Escuchame bien, mocoso, si le pones una mano encima a mi hija, si la haces llorar una sola vez..
Empezó el príncipe, sujetando de la pechera al chico, que fue alzado un palmo del suelo como si se tratara de un cachorro.. Pero antes de poder continuar, le cortó cierta voz femenina que hizo que le soltara de inmediato.
— ¡Vegeta! ¿Se puede saber qué le estas haciendo al pobre Goten? ¡Bra no te lo perdonará si le haces algo!
Le advirtió Bulma, resuelta como siempre, que les observaba con una mueca de desaprobación desde el umbral de la puerta.
— Tú.. ¿Lo sabías? ¿Desde cuando? ¿Por qué no me informaste, mujer?
— ¡A mi no me hables en ese tono, principito! Tu hija ya está en la edad de salir con chicos, asume que ya no es una niña pequeña.
— ¿P-principito? — Masculló con un ligero tic histérico en la ceja y comisura del labio izquierdas.
— Me da igual que crezca ¡es mi hija, no pienso permitir que salga con..!
— ¿Con alguien de la familia Son? ¡Precisamente tú deberías saber que la bondad y los valores son algo propio de ellos! Goten sería incapaz de ponerle una mano encima a Bra ¡y lo sabes! ¡Así que deja esa actitud de niño enrabietado y comportate como un padre!
Exclamó la peliazul, entrando en la habitación y aguardando la respuesta de su marido, de brazos cruzados y con un impaciente taconeo de su pie derecho.
El príncipe reflexionó unos segundos... Y a regañadientes admitiría que su mujer llevaba razón.. Bajo al chico con una sutileza impropia de él y le dedicó una mirada que parecía decir Por esta pasas, pero no te relajes.
Bulma sonrió triunfal y Goten volvió a respirar... Por ahora.
Sigue pliss
ResponderEliminarSigue pliss
ResponderEliminarEsta super la historia espero que siga
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